El Referente, 3 de diciembre de 2020
Bioengas es una de las 14 compañías surgidas de Enagás Emprende, la iniciativa de Innovación Abierta y Corporate Venturing de Enagás. La startup tiene como objetivo impulsar la generación y producción eficiente de gases renovables. Para ello abarca toda su cadena de valor, para su posterior implementación en el mix energético y contribuir al proceso de descarbonización.
El Referente habla con su CEO, Sergio Rodríguez Cuesta, quien comenta la importancia del emprendimiento corporativo. También desarrolla la actividad de la compañía, el futuro de los gases renovables y los planes de futuro de Bioengas.
¿Qué implicaciones tiene nacer de un grupo como Enagás?
Nacer dentro de una compañía como Enagás supone una oportunidad única para consolidar el crecimiento de una start-up.
Pertenecer a un grupo consolidado que ponga sus recursos a disposición de las startup, permite crecer y generar valor de una forma mucho más ágil y rápida, así como cometer menos errores. En nuestro caso, gracias al portfolio y entorno colaborativo de Enagás Emprende, conseguimos una experiencia y conocimiento en el que apoyarnos en el día a día. Este es muy difícil de conseguir en otras circunstancias.
Por último, el reconocimiento y posición de un grupo como Enagás es fundamental para conseguir llegar a muchos clientes o agentes estratégicos. En nuestro caso, el gran reconocimiento y posición de Enagás ha sido fundamental para ello.
¿Por qué es importante que las grandes empresas apuesten por el emprendimiento?
Las grandes empresas han conseguido consolidar un modelo de negocio privado que ha funcionado y sigue funcionando. Pero para seguir siendo referentes en su sector y posicionarse en mercados incipientes, es necesario adaptarse, ser ágiles y asumir mayores riesgos. Por ello, la creación de nuevas áreas de emprendimiento donde se ayude a crecer a startups o a dar forma a ideas de negocio, es fundamental. El objetivo final es combinar lo mejor de ambos mundos, el corporativo y el emprendedor.
Creo que desde hace ya un tiempo, se han dado cuenta del valor que los emprendedores pueden aportarles. Un/a emprendedor/a siente la startup como parte de ellos y eso hace que su compromiso, dedicación y entusiasmo por sacarlo adelante, aporte a las grandes empresas un nuevo vector de crecimiento que hasta ahora no se habían planteado. Y del que pueden beneficiarse, claro.
Apostar por el emprendimiento es un win-win tanto para los emprendedores como para las grandes empresas. Esta nueva forma de colaborar es en sí mismo, emprendimiento.
¿Y por qué lo es precisamente en un sector como el de la energía? ¿Qué papel cumplen?
Si nos focalizamos en el sector de la energía, este está sufriendo una transformación hacia un mix energético más sostenible con el medio ambiente. Encontrar nuevas soluciones que contribuyan a ello pasa por dar la oportunidad y testear con nuevas tecnologías y modelos de negocio que hasta ahora no tenían cabida o no habían tenido la oportunidad de ser probados.
Por ejemplo el sector de los gases renovables, como el biogás, biometano o el hidrógeno verde, tienen un gran desarrollo por delante. Y solo se podrá consolidar si las empresas energéticas se dan la oportunidad de probar nuevas alternativas a través del emprendimiento.
¿Cómo se convierten los residuos orgánicos en biometano? ¿Cuál es el proceso?
Primero, los residuos orgánicos se transforman en biogás a través de la digestión anaerobia, donde determinadas bacterias son capaces de transformar, en un ambiente controlado y libre de oxígeno, la materia orgánica en metano.
Este biogás suele estar formado en su mayoría por metano (≈60%) y CO2 (≈40%), pero además pueden aparecer otros componentes en menor proporción (≈max 3-5%) como el sulfuro de hidrógeno, oxígeno, amoniaco, hidrógeno…
Posteriormente el biogás pasará por un proceso de depurado (upgrading) en el que se separa el metano del dióxido de carbono y otras impurezas. Como resultado, obtendremos una nueva corriente de gas que se denomina biometano. Este biometano contiene un porcentaje en metano superior al 95%, y tanto su rendimiento energético como su composición química es equivalente a la del gas natural.
¿Para qué se utiliza posteriormente el biometano?
El biometano se puede utilizar como combustible en el sector del transporte, en los procesos industriales, para uso doméstico o para generación de electricidad.
El biometano es la única energía renovable que puede usarse para cualquiera de las grandes aplicaciones energéticas: eléctrica, térmica o como carburante.
¿Por qué se trata de un gas sostenible y responsable con el medioambiente?
El biogás y el biometano suponen la alternativa más eficiente desde el punto de vista energético y medioambiental. Por la versatilidad del sistema, estos se pueden amoldar a las necesidades de una región o país. contribuyendo a la generación energética, a los planes de tratamiento de residuos, a la agricultura, al transporte, al desarrollo social y económico y, por supuesto, a mejorar las emisiones y la calidad del aire que respiramos de cara a cumplir – e incluso mejorar – los objetivos medioambientales más exigentes.
Gracias a la digestión anaerobia controlada estamos evitando la emisión del metano que la propia degradación natural de la materia orgánica emitiría a la atmosfera.
Además, el CO2 producido en la digestión, y el resultante de la combustión de biometano devuelve el CO2 previamente capturado a la atmósfera por la materia orgánica, por lo que la contribución global a las emisiones es prácticamente nula. Además, queremos incorporar en la etapa de upgrading, un proceso de captura del CO2 que evite su emisión para, por ejemplo, su uso en invernaderos u otros procesos.
Por último, gracias a la utilización de los gases renovables para cualquiera de sus aplicaciones, se consigue una reducción del uso de fuentes de energías más contaminantes. Si tenemos en cuenta todas las ventajas del biometano, se conseguiría un balance negativo de emisiones a la atmosfera.
¿De dónde vienen esos residuos?
Los residuos orgánicos biodegradables no peligrosos susceptibles de alimentar una planta de producción de biogás pueden venir de una gran variedad de fuentes.
Por un lado tenemos el sector agrario, con la ganadería y agricultura, con ejemplos como el estiércol, residuos de mataderos, o el alperujo procedente de las almazaras. Por otro lado, el sector agroindustrial, que produce lodos orgánicos en sus procesos. Algunos ejemplos son industrias del sector del tomate, conserveras, lácteos, producción de zumos, chips, golosinas, industrias cárnicas, etc.
También hay que mencionar y destacar el gran potencial que hay en la Fracción Orgánica del Residuo Solido Urbano (FORSU). Si todos en nuestras casas separásemos los residuos orgánicos, como hacemos con el cartón, vidrio o el plástico, y estos se destinasen a una planta de biogás para generar biometano e inyectarlo en la red gasista, sería el ejemplo perfecto de economía circular.
De manera análoga se puede hablar del potencial de los restos orgánicos de los restaurantes, centros comerciales o productos caducados de supermercados. En nuestros primeros proyectos tenemos pensado utilizar residuos de prácticamente todos los orígenes mencionados.
¿Qué ventajas económicas, sociales, de sostenibilidad tiene para las empresas que vosotros os hagáis cargo de sus residuos?
Una de las ventajas que nosotros ofrecemos es darles un punto final sostenible para el tratamiento de sus residuos durante, al menos, los próximos 25 años. De este modo no se tienen que preocupar por encontrar una salida a los residuos orgánicos que gestionan o por nuevas normativas medioambientales y así pueden focalizar sus esfuerzos en aumentar su volumen de negocio.
En la parte económica, al desarrollar las plantas en áreas donde hay un gran volumen de residuos, se pueden reducir sus costes en el transporte de los mismos. También, la regulación del tratamiento de residuos cada vez va a exigir unos estándares más altos en la gestión, con multas económicas en caso de no cumplirlas, por lo que nuestra solución sería perfecta. Además, cuando un proveedor es responsable de casi la totalidad de los residuos que alimentaran la instalación, le damos la posibilidad de invertir con nosotros y ser accionista del proyecto.
¿Y cuáles son esas empresas con las que colaboráis?
En el sector de los residuos, trabajamos tanto con proveedores como productores, gestores o transportistas de residuos que nos ven como una solución a muchos de sus problemas.
En el sector de la energía colaboramos con las comercializadoras de energía que son nuestros clientes y los que nos compran el biometano. Ellos buscan conseguir una cartera energética más sostenible y renovable que ofrecer a sus consumidores finales.
En el sector tecnológico, analizamos las tecnologías más eficientes que hay en el mercado y vemos cómo implantarlas en nuestro proceso. De esta manera optimizamos la producción de biogás y biometano.
Por último, en el sector financiero, colaboramos con fondos de capital riesgo que cada vez más quieren invertir en proyectos renovables como el nuestro.
Prueba de todo ello es nuestro proyecto en Burgos, el proyecto UNUE, donde colaboramos con Bioganaslia (gestor de residuos referente en Castilla y León), AGF Ingeniería de procesos (tecnólogo) y Suma Capital (socio financiero).
¿Cómo este proceso puede extenderse de una forma masiva para así evitar otros procesos contaminantes?
Desde nuestro punto vista, se necesitarían principalmente tres puntos. Estos son:
- La creación de un esquema de garantías de origen y certificados, que ponga en valor el gas renovable y los residuos utilizados para generarlo.
- Una mayor agilidad por parte de las administraciones para dar el visto bueno a un proyecto, ahora mismo se puede tardar más de un año en conseguir todos los permisos.
- Un marco claro para el tratamiento del digerido que se produce en el proceso, de forma que se pueda utilizar como biofertilizante sin tantas dificultades.
En resumen, es necesaria una mayor comprensión y visibilidad por parte de los agentes reguladores del sector para adaptar las normativas y legislaciones a la realidad y beneficios de los gases renovables.
¿Con qué instituciones públicas tenéis u os gustaría tener acuerdos para ello?
Actualmente colaboramos con Ayuntamientos, Diputaciones y Juntas de diferentes Comunidades Autónomas. Les consideramos un agente fundamental para poder poner en valor el gran potencial del FORSU (Fracción Orgánica del Residuo Solido Urbano). La competencia de los mismos es de su gestión.
Nos encantaría que todos concediesen una oportunidad a la generación de biometano a partir de estos residuos y dieran facilidades para su implantación. Confiamos en mostrar las bondades de un proyecto de estas características a corto plazo para poder dar más seguridad al resto de Administraciones.
¿Qué otras aplicaciones/usos estáis investigando sobre el biometano?
Aunque nuestro objetivo es afianzarnos en España como productores de biometano en estado gaseoso, estamos analizando tecnologías para desarrollar proyectos rentables de generación de bioGNL. Este biometano en estado líquido tiene un gran potencial como combustible en el transporte pesado y en el sector marítimo. Adicionalmente, la microgeneración de biogás para usos locales también podría representar un vector de crecimiento que estamos estudiando.
¿Cuáles son vuestros objetivos de crecimiento y expansión en un corto medio/plazo?
Paralelamente, trabajamos en desarrollar hasta siete plantas en los próximos cinco años. Durante 2021 queremos consolidar tres proyectos para que entren en producción entre 2022 y 2023, consiguiendo generar más de 100 GWh/año.
Por supuesto, seguir trabajando en la creación de más oportunidades. El ejemplo más claro de que nuestro modelo funciona es generando biometano y ofreciéndolo al mercado.